viernes, 13 de marzo de 2009
Habilidades personales: buen bebedor
Como sucede en muchos países, incluyendo el nuestro, muchos negocios y contratos se cierran en comidas o cenas, con juerga posterior opcional. En China hay una tradición que se llama gambei, que consiste en un brindis en el que hay que beberse lo que se tenga en ese momento entre manos de un solo trago; con contenido alcohólico, se entiende. Sería algo parecido a nuestros chupitos, salvo que estos se suelen tomar al final, con el postre, mientras que el gambei se hace durante todo el tiempo que se prolongue la comida.
El que más bebe es, por llamarlo de alguna manera, “el más campeón", siendo considerado el mejor jefe o el mejor compañero o el mejor socio, etc., en definitiva, alguien de plena confianza, puesto que es capaz de trincar con sus comensales hasta caerse redondo, si hace falta. Si se rehúsa a brindar lo consideran un agravio y esa persona no es de fiar, ya que no ha demostrado "su valía" delante de sus colegas, colaboradores, socios o clientes. Como excusa para librarse de tanto gambei tan solo se puede argumentar algún problema de salud, pero más vale que sea convincente…
Es de imaginar que tras estas reuniones de trabajo, con un contenido etílico tan elevado, los asistentes acaben bastante “perjudicados”. Lógicamente, si lo que se pretende es cerrar un negocio o firmar un contrato, no conviene que el responsable termine tajado perdido. Todos ya sabemos los efectos devastadores que produce el alcohol en nuestra capacidad de raciocinio y, sobre todo, por esa “exaltación de la amistad” que cualquier borrachera trae consigo, no muy recomendable a la hora de pactar algo de lo que al día siguiente ni se recuerda. Por todo ello, las empresas se encargan de enviar a estas negociaciones tan festivas a profesionales de la bebida, para afrontar el gambei con toda la alegría que su cuerpo se lo permita, así el jefe se puede mantener en un estado de sobriedad aceptable para cerrar el trato.
En el departamento de RRHH de cualquier empresa china es habitual recibir CV´s donde entre las habilidades personales del aspirante a un puesto de trabajo figura la de “ser un buen bebedor”. De esta forma, mucha gente accede a un empleo y se les puede considerar como “bebedores profesionales” dentro de la empresa.
Ahora os voy a contar una historia real, que sucedió a David hace poco más de un mes. En su empresa se organizó una cena para despedir a unos compañeros de Estados Unidos, que habían pasado unos días visitando la filial de Shangai. Aparte de los americanos y David, estaban invitados varios compañeros chinos, entre lo cuales, había uno de los jefes más relevantes de la fábrica. David ya me había contado que es habitual en esta persona que acabe bastante “alegre” cada vez que salen de cena. Parece ser que entre los americanos y este hombre se bebieron “hasta el agua de los floreros” y que esta vez acabó un poquito peor que de costumbre. Como no se le veía capaz de conducir su coche hasta su casa, le metieron en un taxi y, para que no fuera solo, le acompañó una de las asistentes a la cena. Al poquito tiempo, David recibió una llamada de esta mujer, preguntando sobre la dirección de la casa de nuestro amigo, que estaba tan borracho que no era capaz ni de recordar dónde vivía. Se montó un lío de impresión para localizar su domicilio y, finalmente, entre esta pobre chica y el taxista, no solo le sacaron del taxi y le subieron a su casa, si no que también le tuvieron que acostar. ¡Menudo panorama más lamentable! y también vaya marrón para la pobre mujer, que tuvo que meter en la cama a uno de sus jefes en un estado tan deplorable.
Lo que a mi me parece más sorprendente es que este comportamiento, que a la mayoría nos parecería totalmente bochornoso dentro de un ámbito laboral, a los chinos les parece de lo más normal, además de una demostración de hombría y algo de lo que al día siguiente se puede ir presumiendo en la oficina. Yo creo que a cualquiera de nosotros que se viera en una de estas, se nos caería la cara de vergüenza y no sería, precisamente, muy bien visto por el resto de compañeros y, mucho menos, por los jefes. El director de la fábrica de David no es chino, como sucede en la gran mayoría de las empresas extranjeras afincadas en China, y frente a esto no puede hacer ni decir nada, puesto que un tema cultural.
…y no os perdáis el próximo episodio: “Los Restaurantes”.
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2 comentarios:
Qué listos los chinos, y seguro que la "tajá" es a cuenta de la empresa...
Espero que David argumente que "es delBetis" para no acabar igual.
Estoy impaciente por leer la siguiente DE LOS RESTAURANTES. Ahora con más motivo y con todas mis fuerzas: ¡¡¡¡¡HULIMOLINGGGGG!!!!
Besos, María
Yo conozco personalment a alguno de estos campeones del pimplar. De hecho yo mismo he participado de sus andanzas, aunque por supuesto siempre he podido volver a casa por mi propio pie...
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